Si algo funciona, no lo cambies. Twitter es (o era) una red social querida por muchos, diferente a otras más personales, en la que se puede hablar de toda la actualidad y conectar con muchos usuarios según intereses o temáticas.
Twitter siempre ha sido la red del pajarillo azul, que creó su propio vocabulario, como el verbo twittear (o tuitear) en vez del genérico «publicar» o «post» o «enviar», más fríos y distantes.
Twitter fue la creadora del hashtag, esa palabra o conjunto de palabras unidas por una almohadilla inicial, que ahora se usa en todas las redes sociales para conectar publicaciones con un mismo tema.
Twitter ha sentado muchas bases de las redes sociales y en solo unos meses, todo se está viniendo abajo. Decisiones drásticas están destrozando Twitter, que ya no se llama Twitter, pero hasta el día en el que deje de usarla (o desaparezca), la seguiré llamando Twitter, igual que el resto de usuarios. Porque no me imagino hablando de ❌ «equis» como una marca que pueda sustituir a otra tan grande. Porque Twitter no puede desaparecer de la mente de las personas porque sí.
Si hay que hablar de tradición, dentro de la corta vida de las redes sociales, Twitter es historia, es cimientos, es evolución y, tristemente, esto se ha destruido en cuestión de minutos.
Elon está destruyendo una red que habría podido ser infinita, solo con dejarla como estaba. Pero igual que unas se van, otras llegan o llegarán.
Como siempre digo, la comunicación está por encima del canal.
Seguiremos comunicando, con o sin Twitter. 🐦💙
Eras mi preferida. Adiós, Twitter.
